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LOS DESASTRES DE LA GUERRA, Francisco de Goya (1746-1828)

¿Quién nos iba a decir que la vida de uno de los artistas más importantes de la historia del arte de nuestro país quedaría tristemente unida para siempre con la historia bélica de Ciudad Rodrigo?

La colección de Los desastres de la Guerra, la serie de grabados con la técnica del aguafuerte que puede verse en la Casa  Municipal de Cultura (se contemplan 42 de los 82), son un ejemplo atemporal de los horrores de los que fue protagonista el genio zaragozano. La Guerra de la Independencia, la Guerra Napoleónica o la Francesada (1808-1814) dejó una huella imborrable en la memoria del pintor y grabador, y Goya plasmó todo aquello que vio y/o le contaron en estas láminas tan trágicas como sobrecogedoras.

Según se recoge en la web de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, esta colección tiene varios aspectos que generan debate y controversia entre los expertos:

— la actitud del autor

— las fuentes de las que bebió

— el periodo de ejecución

— la doble numeración de las láminas

— los problemas de la primera edición

— el cambio de título

— la estructura

En lo que al primer aspecto se refiere, algunos críticos ven en Goya una actitud tendente hacia el afrancesamiento, otros ven un sentimiento de amor patrio, pero en lo que la mayoría coincide es que el significado de la obra es universal, y podría aplicarse a cualquier conflicto bélico de la historia.

Las fuentes también han sido objeto de discordia. Además del propio testimonio visual del autor, los críticos ven referencias literarias como la del libro Giambattista Casti Gli animali parlanti.

Prácticamente hay consenso para determinar que la obra se comenzó en 1810, pero hay más dudas acerca del año de finalización. Se suele fijar en 1820 porque se relaciona uno de los últimos grabados (“¿Si resucitará? La verdad”) con la vuelta de los ideales constitucionalistas en el Trienio Liberal. Aunque hay teorías que adelantan el final de la obra a 1815, ya que en este momento se producen levantamientos contra el régimen Fernandino como el de Espoz y Mina o Díaz Porlier.

Lo que sí sabemos con seguridad es que en 1863 la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando compra la serie y los edita por primera vez, aunque modifica el título general pero respeta la numeración y las leyendas de Juan Agustín Ceán Bermúdez . Éste recibió las láminas como regalo del  propio artista, del que era amigo.  Goya había escondido las planchas, conocedor de la situación por la que atravesaba el país y sabedor del daño moral que podía causar su publicación. El ejemplar que regaló a su amigo Ceán está hoy en el British Museum.

Las planchas originales sufrieron muchos devenires hasta llegar a  parar a la Real Academia de San Fernando. Goya las escondió en la Quinta del Sordo cuando huyó a Francia. Su hijo las guardó hasta su muerte y después pasaron a manos de su nieto Mariano Goya, quien las malvendió a un empresario madrileño llamado Román Garreta.  En 1856, Jaime Machens Casalins presenta una oferta para venderlas al Estado español, que no prospera. Hasta el año 1862 no las adquiere la Real Academia de San Fernando, pero le faltan las 2 últimas láminas que no las adquiere hasta 1870, por lo que en la primera edición sólo habrá 80. En la actualidad se encuentran en la Calcografía Nacional.

En cuanto al título de la serie, Goya la llamó “Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Buonaparte. Y otros caprichos enfáticos”, pero la Real Academia cambió el título para equipararla con otra colección de grabados «Les Miséres et les Malheurs de la Guerre” publicada en París en 1633 por Jacques Callot, que era ya un referente universal.

Los bocetos preparatorios de este estudio sobre la guerra se encuentran en la actualidad en el Museo Nacional del Prado. En ellos se aprecia la supresión de elementos anecdóticos por parte del artista así como la huida de todo lo relacionado con la heroicidad.

En cuanto a la técnica empleada, Goya usa el aguafuerte, con algún detalle incluido con buril, aguada y bruñidor. No utiliza aguatinta, como en sus anteriores series de grabados, debido seguramente a la precariedad de medios económicos.

Los desastres de la guerra está dividida en 3 partes:

  1. Láminas de 1 al 47, centradas en la guerra, son tal vez las más violentas y en las que Goya muestra toda su pericia como dibujante.
  2. Láminas de 48 a 64, en las que el hambre y la miseria son los protagonistas. Este grupo es el más dramático.
  3. Los “Caprichos enfáticos” (láminas 65 al 82) se considera la tercera parte y es en la que abunda la crítica al sistema absolutista de Fernando VII.

Los desastres de la guerra, colección de grabados de Francisco de Goya puede verse en la Casa Municipal de Cultura dentro de la exposición Ciudad Rodrigo en la Guerra dela Independencia. Wellington frente a Napoleón, es la 5ª de las 7 ediciones que se hicieron de ella. La pericia técnica y artística del pintor zaragozano no pasa desapercibida para el visitante que los observa con detenimiento. Goya nos muestra los hechos y las consecuencias como si de un reportero de guerra se tratara y consigue darles un toque de universalidad y de dignidad a las víctimas, alejado de la heroicidad, que nos conduce la mente hacia cualquiera de los conflictos bélicos que estamos viviendo en la actualidad.

HORARIO:

Lunes a viernes -10:00 h a 14:00 h y 17:30 h a 20:30 h

Sábados -10:30 a 13:30 h y de 17:00 a 19:00 h

Domingos: 10:30 h a 13:30 h