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¿Qué hacer?

GR 80 y BTT
"Ruta de las Ciudades Amuralladas"

Entre Ciudad Rodrigo (Salamanca) y Almeida (Portugal), dos ciudades amuralladas, existe un sendero de 110 kilómetros que podremos recorrer a pie, bicicleta o incluso a caballo y así conocer la naturaleza y la cultura que esconde esta interesante ruta. El trazado en forma de estrella de ambos conjuntos de arquitectura militar de dichas ciudades, da sentido al lema de esta ruta: un camino por las estrellas.

Hace siglos, los ejércitos frecuentaban estas sendas y en ellas podemos respirar la paz y la calma de estas tierras fronterizas. Ciudad Rodrigo, Almeida y también Aldea del Obispo, comparten fortalezas abaluartadas. Esta senda, también pasa por la Estación de Arte Rupestre de Siega Verde, en la cual podremos encontrar un magnífico paisaje sobre rocas, junto al río Águeda, en la cual se abre una de las mayores galerías de arte rupestre al aire libre de toda Europa. Artistas del Paleolítico Superior y de la época Finiglacial, dejaron inmortalizadas para siempre sus huellas en forma de animales y signos abstractos, realizadas a lo largo de un dilatado periodo de tiempo, han perdurado hasta nuestros días desde hace unos 20.000 años.

Ficha técnica
Longitud total: 110 km.
Tiempo total a pie: 6 días – 19 h.
Tiempo total en bici: 1 o 2 días – 9 h.
Sendero circular. A pie, en bici o a caballo.
Dificultad media (MIDE 2): Desnivel bajo con longitud larga. Camino en su mayoría ancho.
Desnivel acumulado positivo: 1.270 m.
Altitudes: Máxima, 794 m. Mínima: 610 m.
Equipo recomendado: Botas, agua potable y gorro.
Épocas recomendadas: Todo el año. No se recomienda en días de lluvia intensa. Mucha precaución en invierno con heladas severas y/o nieve.
Coordenadas: Almeida, N40 43.331 – W6 54.325. Ciudad Rodrigo, N40 35.892 – W6 32.140.
Accesos: Portugal: A25 / EN 332. España: A62 / N-620.

Tú puedes…

  • Llevar la basura y depositarla separada en los distintos contenedores de los pueblos. Y si recoges también algún residuo que encuentres en el camino… ¡Muchas gracias!
  • Evitar los ruidos excesivos y hablar en voz baja. Así podrás escuchar mejor los sonidos del paisaje y podrás observar más fauna a tu paso.
  • Ceder el paso en el sendero. Normalmente, el orden de prioridades es: senderistas-jinetes-ciclistas. Ve
    despacio. El sendero es buen lugar para convivir.
  • Si vas andando, caminar por tu izquierda en los tramos de carretera. Si vas en bici, circular con precaución por los peatones. Haz del sendero un espacio para disfrutar compartiendo.
  • Si usas la bici, llévala con cuidado y evita derrapar. Sobre todo cuando la tierra está blanda, estas maniobras pueden incrementar la erosión del suelo. El suelo es un recurso natural no renovable a corto plazo, ya que requiere muchos años para formarse.
  • Seguir fiel al camino y respetar las propiedades privadas que flanquean la ruta. Y si te encuentras con gente de camino, aprovecha para conversar. Que sean las prisas los únicos residuos que abandones.
  • Recuerda que los cultivos tienen dueño y respeta al ganado. Si te cruzas con rebaños, procura apartarte y no hacer gestos bruscos que puedan espantarlos.
  • Adquirir productos frescos en las tiendas locales, preferiblemente con pocos envases. Contribuirás así a mantener estos servicios y a reducir residuos.
  • Saborear el paisaje. Una forma de conocer estas tierras —tu cuerpo caminero te lo agradecerá— es saborear los productos locales. Si te fijas en los cultivos y en el ganado vecinos del sendero tendrás claras pistas sobre cómo degustar el paisaje.