Empezamos la visita de Ciudad Rodrigo hablando de su muralla, con una longitud de 2,200 kilómetros y que alcanza hasta los 13 metros de altura en algunas zonas, rodea y protege nuestra bella ciudad.
Esta muralla diseñada por el gallego Juan de Cabrera en el siglo XII. Durante la Guerra de la Independencia, Ciudad Rodrigo sufrió dos asedios, el primero en el año 1810 cuando resistió a las tropas francesas con valentía y heroísmo hasta el 10 de julio del mismo año, día en el que presentaron la rendición de la ciudad. Todavía hoy se pueden apreciar algunos impactos que la artillería francesa provocó en sus muros, en la Catedral de Santa María y también en algunos edificios como por ejemplo el Palacio de los Águila.
Por esta muralla, podemos disfrutar de un cómodo paseo en el cual se pueden contemplar las cercanías del Castillo de Enrique II de Trastámara (Parador Nacional de Turismo), el Puente Romano o la vereda del Río Águeda.
Para acceder a Ciudad Rodrigo a través de esta muralla, la ciudad conserva seis de las ocho puertas de acceso que tuvo en su origen, las cuales son:
- Puerta de Santiago restaurada a principios del siglo XXI
- Puerta del Sol restaurada a finales del siglo XVI
- Puerta del Conde restaurada en el año 1966
- Puerta de la Colada construida por el Rey Fernando II de León
- Puerta de Amayuelas ampliada en 1563
- Puerta de Santa Cruz lado oeste